
Barcelona, una ciudad conocida mundialmente por su buen tiempo, sus amplias avenidas, sus cuestas y cada vez más… por su extensa red de carriles bici.
Y es que si el clima acompaña es difícil resistirse a recorrer esta maravillosa ciudad con nuestro vehículo favorito, que por si no lo habías adivinado por el título, dispone de dos ruedas y pedales.
No hay más que realizar una sencilla encuesta: ¿eres de las personas que disfruta de una relajada ruta en bicicleta por las mañanas en su camino al trabajo, o prefieres la comodidad de tu coche a pesar de tardar más y embotellar aún más las ya de por si repletas calles de la ciudad?
Si te decantas por la primera opción te invitamos a seguir leyendo este post ya que desgranaremos todas las virtudes (y algún que otro inconveniente) de la red de carril bici de Barcelona.
La evolución del carril bici en Barcelona
El carril bici en Barcelona ha tardado lo suyo en asentarse. A diferencia de otras capitales europeas como Amsterdam o ciudades españolas como Vitoria (que llevan alguna década de ventaja), los carriles para bicicletas no han sido una prioridad para los barceloneses hasta estos últimos años.
Actualmente, la ciudad condal dispone de más de 200 kilómetros de carril bici, lo que supone un ratio de 0’15 kilómetros de carril bici por cada kilómetro de carril convencional, lo que no está nada mal.
A esto habría que sumarle las decenas de calles y plazas en las que la limitación de velocidad a 30kms/h permite el tránsito de bicicletas.
Si queréis ver la red completa de carriles bici del área Metropolitana de Barcelona podéis ver el plano en este enlace alojado en la web del propio Ayuntamiento.
Como podréis observar, las calles más céntricas de Barcelona se encuentran conectadas entre sí prácticamente en su totalidad. Amén de las grandes calles como la Diagonal, Vía Augusta, o Provença que disponen de carril bici exclusivo sin necesidad de mezclarse con los vehículos motorizados de gran escala.
También agradecen los vecinos de barrios con cuestas más pronunciadas como Sarrià la actual conexión de carriles bici, conectada principalmente por la calle Ganduxer. Eso sí, los que más suelen disfrutar la subida son los poseedores de bicicletas eléctricas. Y es que cuando vives en cuesta, subir cuesta.
La pandemia: la agridulce aliada del carril bici en Barcelona
Por desgracia seguimos en tiempos de pandemia. Una pandemia que ha cambiado radicalmente nuestra manera de movernos por las urbes. Aunque el espíritu optimista de un ciclista puede con todo.
Prueba de ello es que nos alegramos sobremanera de hechos como que el uso de vehículos individuales como bicicletas y patinetes eléctricos se ha intensificado en los últimos meses.
Esto se debe –en parte- a la lógica de los habitantes de Barcelona, que creyeron (y siguen creyendo) que circular en bicicleta reduce el riesgo de contagio ya que los desplazamientos son más rápidos y la distancia de seguridad es más fácil de mantener. La confirmación de esta creencia llegó de manos de un informe de la Organización Mundial de la Salud que recomendaba desplazarse por las ciudades en bicicleta.
En esta tesitura, el Ayuntamiento de Barcelona decidió a mediados de 2020 potenciar sus carriles bici con cerca de 21 kilómetros de nuevos itinerarios ciclables, casi todos ellos recortados a carriles de coches y grandes vehículos, los hasta ahora grandes reyes del asfalto barcelonés.
Gracias a ello, no solo hemos salido beneficiados los usuarios las bicicletas, sino también la ciudadanía en general. Y es que esto repercutirá a medio plazo en que haya menos contaminación, menos atascos, más sostenibilidad, transporte más efectivo, etc.
Las ventajas de los carriles bici en Barcelona: una manera sostenible y rápida de moverse
Desplazarte en bicicleta por los carriles bici de Barcelona engancha. La agilidad con la que puedes moverte por la ciudad es incomparable a la que experimentas con otros medios de transporte.
Pero esta no es la única de las ventajas que obtienes con su utilización.
A continuación, te dejamos un listado con otras ventajas que deberías tener en cuenta para apostar por la bicicleta como tu vehículo principal:
1. La bicicleta: el vehículo más sostenible de todos:
Apenas supone emisión alguna de CO2 (sí, ya sabemos que no caen del cielo y hay que fabricarlas) y su mantenimiento no requiere ningún tipo de combustible.
2. Es el carril con menos aglomeraciones y tráfico:
Si das con una ruta que incluya carriles bici te olvidarás de los atascos. Por supuesto, tendrás que parar en los semáforos y en las intersecciones, pero no te encontrarás con colas de vehículos como ocurre con el coche y en muchos casos llegarás bastante antes que en moto o en cualquier vehículo de cuatro ruedas.
Si no dispones de recorrido en carril bici y te ves en la necesidad de utilizar la calzada ¡mucha precaución!
3. La concienciación de los peatones
Cada vez más, los peatones estamos aprendiendo a convivir con los carriles bici. Sin llegar al nivel de Amsterdam, en el que las bicicletas tienen total prioridad, los peatones barcelonenses hemos ido aprendiendo a mirar e invadir lo menos posible los carriles bici, casi tanto como cuando cruzan una calle con tráfico automovilístico.
Esta recién instaurada convivencia sirve para que los accidentes sean cada vez menos frecuentes.
Las dudas que aún planean sobre los carriles bici en Barcelona y todas las ciudades en general
1. La iluminación de algunos recorridos.
Por lo general, los recorridos localizados en zona urbana y céntrica suelen gozar de una buena iluminación. Pero sí que es verdad que puedes encontrarte con que hay zonas en las que las luces pueden estar averiadas o que el carril bici pasa por algún parque que directamente no dispone de iluminación alguna. A pesar de que puede tratarse de una traba, si cumples con el Reglamento General de Vehículos (llevas una luz de posición blanca en la zona delantera y una luz de posición roja en la zona trasera) no deberías tener demasiados problemas para superar estas zonas en poco tiempo de viaje. De hecho, si dispones de una Freeel no tendrás que preocuparte de ello, ya que todas nuestras bicis llevan estas luces incorporadas. Adicionalmente, te recomendamos también hacerte con alguna prenda reflectante para que el resto de vehículos pueda percibirte con facilidad. En cualquier caso, te recomendamos que en tu camino a casa o al trabajo localices siempre alguna ruta alternativa con más iluminación, por si las moscas.2. La interferencia de nuevos tipos de vehículos.
Si se llaman carriles bici es porque, como bien su nombre indica, han sido diseñados para bicicletas. Esto no quita que pueda haber otros vehículos similares recorriendo sus rutas. Sí, hablamos principalmente de los patinetes eléctricos, que se han convertido en los grandes competidores por el espacio urbano en estos carriles. En cualquier caso, si todos respetamos las normas de velocidad y circulación, la relación con estos vehículos no debería diferir mucho de la que hemos tenido hasta ahora entre ciclistas urbanos.3. Todo OK con los carriles, pero mi problema no es ese. ¿Dónde dejo la bici?
Este ya es otro debate a parte y que nos daría para uno o unos cuantos posts. No todo el mundo tiene la suerte de disponer de un lugar de aparcado de bicis en su empresa o de una estación de aparcamiento callejero. Afortunadamente, la evolución del diseño y la tecnología que venimos potenciado desde Freeel desde hace más de 10 años ha permitido que nuestras bicicletas eléctricas plegables sean cada vez más ligeras. Un factor diferencial que ha impulsado que nuestros clientes encuentren cada vez más sencillo el guardar su bicicleta en cualquier rincón de la oficina o en alguna habitación de casa.Queda aún mucho por hacer
Aunque se ha avanzado mucho en los últimos años todavía queda mucho para poder comparar Barcelona con las grandes ciudades europeas pioneras en el carril bici.
Quizá la resaca de esta horrorosa pandemia nos obligue a abrir los ojos de par en par y a ver nítidamente que el futuro del transporte urbano tiene que ser sostenible y que está transformación la liderarán los usuarios de un vehículo inventado hace ya dos siglos: la bicicleta.